Aigüestores + Ainsa - Abril 2010 -


Escapada, de puente, para conocer el Parque Nacional de Aigüestortes y lago de San Mauricio, del que tan bien nos habían hablado en unas cuantas ocasiones. Botas de montaña, ganas de aire puro y p'alante.
Llegamos a Lleida para hacer noche y visitar la ciudad. Imagino que hay muchas más cosas por ver pero tuvimos que conformarnos con una visita rápida a la Seu Vella, la catedral antigua, con sus impresionantes claustro y torre, y un paseo por el centro de la ciudad. De camino hacia el Parque Nacional merece la pena ir haciendo alguna que otra parada para visitar pueblos como Balaguer, Gerri de la Sal, Sort,...
Ya en el Parque Nacional, decidimos empezar por el lado de Espot así que nos alojamos en este pequeño pueblo.
El puente romano de Espot Al día siguiente, primera ruta por el Parque.
Mapa del Parque Nacional de Aigüestortes, con las principales rutas para caminar Comenzamos la caminata desde el parking, pasando por el Lago de San Mauricio, que estaba aún helado tras el invierno, para llegar hasta la cascada de Ratera. Continuando hacia arriba, en dirección al lago de Ratera, el camino se hacía imposible, por la nieve, y la única alternativa habría sido ir con raquetas así que no nos quedó más remedio que darnos media vuelta con ganas de haber subido un poco más. Por el camino nos iban vigilando... "Los Encantados", picos representativos del Parque Tras la primera jornada nos dirigimos hacia el otro extremo del Parque, en Boí. De camino hicimos una ruta de visita a las principales iglesias románicas de la zona, que son muy numerosas (siempre hay que guardarse un ratillo para la cultura):
San Clemente y Santa María, en Taüll Santa Eulalia, en Erill la Vall Durro y la Iglesia de la Natividad San Feliu, en Barruera y San Juan, en Boí De vuelta en Taüll, ya de noche Para acabar el día, buscamos alojamiento en Taüll, y nos quedamos en una habitación en una casa compartida. La casa, muy antigua, fue de las primeras que se construyeron en este pueblo; fijaos el aspecto que tenía el pueblo cuando se construyó. No se parece en nada a lo que es hoy, con un montón de hoteles, apartamentos, etc, para dar cabida a la gran afluencia de gente durante la temporada de esquí. Tuvimos la suerte de que, por un lado, ya había acabado la temporada de esquí y, por otro, que aún no había comenzado la de primavera-verano, con lo que el pueblo estaba prácticamente vacío y se estaba a gustico.
La casa estaba justo enfrente de la iglesia de San Clemente de Taüll. ¡Mirad qué vistas desde la habitación, por la mañana! Segundo día de caminata por el Parque Nacional. Nos habían dicho que el lado de Espot era más bonito pero, quizás porque aquel lado tenía aún mucha nieve, nos gustó bastante más el paseo por el lado de Boí.
Caminata desde el parking hasta el lago de Llebreta, cascada de San Esperit y explanada de Aigüestortes, que da el nombre al Parque. Intentamos continuar para llegar hasta el lago Llong pero tampoco pudimos porque el camino empezaba a tener bastante nieve. Pena de no haber traído unas raquetas. De todas formas, este día el paseo fue suficientemente largo como para no quedarnos con ganas de caminar. Después de haber visitado el Parque de Aigüestortes uno tiene la impresión de venir de Canadá en vez de haber estado en España. Un sitio precioso...
Para la última noche decidimos irnos hasta Ainsa, en Huesca, pueblo del que nos habían hablado muy bien y, la verdad, no nos decepcionó. Un bonito pueblo medieval, amurallado, completamente restaurado y desde el que se tienen unas impresionantes vistas de la Peña Montañesa, primero, y de los Pirineos, con el Monte Perdido, la Peña de Añisclo, etc, detrás. La plaza del pueblo No sé cómo no nos había dado por llegar hasta aquí habiendo estado ya varias veces por la zona. Como el pueblo se ve rápido, al día siguiente, de vuelta a casa, nos fuimos pronto y aprovechamos para subir hasta el conjunto religioso-militar de Samitier, formado por una ermita y una torre militar de mediados del siglo XI. Tras una caminata de unos 45 minutos que se hace durilla, por la pendiente del camino, se llega a este lugar desde el que se tiene una vista impresionante del embalse de Mediano, con sus aguas de color turquesa, y los pirineos de fondo. Uno de los lugares más bonitos que hemos tenido la suerte de encontrar. ¡Totalmente imprescindible! ...y vuelta a casita.

Ávila - Abril 2010 -



Como la de Segovia, escapadilla rápida de chuletón, paseo y media vuelta. Turismo gastronómico, vaya.