Suiza - Marzo 2017 -


Esta vez nos lo hemos puesto fácil. Aprovechando unos días que teníamos libres, hemos cogido el coche para hacernos esta escapada y visitar cuatro cosillas de este país en el que ya hemos tenido ocasión de poner el pie en diversas ocasiones.

Comenzamos la visita por Berna, capital de Suiza. La ciudad vieja de Berna está inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983, gracias a su arquitectura medieval.

Aquí debajo, el Palacio federal de Suiza, sede del gobierno (Consejo Federal) y de la Asamblea Federal de Suiza (Consejo Nacional de Suiza y del Consejo de los Estados).



El monumento más representativo de Berna es el Zytgloggeturm, la torre del reloj, que fue construido en el siglo XIII y que, curiosamente, fue utilizada como prisión para mujeres durante algún tiempo. El vistoso reloj astronómico data del siglo XVI.



La ciudad vieja desde la orilla exterior del río Aar.




Remontamos el río Aar para llegar hasta Interlaken cuyo nombre se debe a su posición geográfica entre los lagos de Thun y Brienz. La ciudad es encuentra a los pies de los Alpes y sirve de base para las numerosas actividades turísticas relacionadas con la alta montaña. La principal atracción de la región es la cumbre del Jungfrau (4.158 m.) accesible por ferrocarril de cremallera, el Jungfraubahn, que circula por el interior de la montaña hasta la estación de Jungfraujoch a 3.454 m., la más alta de Europa.






Para encontrarnos en una región natural, de alta montaña, tenemos la impresión de que el turismo está masificado.

Nosotros hemos optado por una caminata hasta el Faulhorn, que es un poco menos alto que el Jungfrau, desde donde se puede disfrutar de una vista impresionante de las cumbres de los Alpes que, por estas fechas, están bien cargaditas de nieve.



A continuación seguimos camino hacia Lucerna, por donde ya pasamos hace unos cuantos años.

El principal atractivo de Lucerna es, sin lugar a dudas, el Kapellbrücke. Es el puente de madera más antiguo de Europa y el segundo más largo. Fue construido en 1365 y conecta la ciudad antigua con la nueva. El puente era más largo, pero en 1993 sufrió un incendio que lo dañó severamente.




En el techo del puente se pueden observar pinturas alegóricas que muestran parte de la historia de Lucerna.



El Löwendenkmal, escultura que representa un león herido, está labrado sobre una pared de roca en recuerdo de la muerte de unos 700 miembros de la Guardia Suiza en París en 1792, durante la Revolución francesa, cuando defendían el Palacio de las Tullerías del asalto de los revolucionarios.




Acabamos este pequeño tour en Zúrich, motor financiero y centro cultural de Suiza.




Lo cierto es que Zúrich, a pesar de su renombre, y que la ciudad se encuentra entre las ciudades con mayor calidad de vida en el mundo, nos ha dejado un poco indiferentes.





Bueno, ya habíamos advertido de que esto no era más que una escapada ;). De todas formas, seguro que no tardamos en volver por tierras suizas.