Guadalupe - Junio 2021 -

Pues, visto lo visto, la gran cantidad de limitaciones que hay para viajar, y a todos los niveles, lo último que podríamos hacer es quejarnos: Tenemos la suerte de haber podido coger nuevamente el avión para visitar esta isla del Caribe, y así seguir completando la lista de territorios de ultramar franceses.

Lista que tenemos pendiente desde hace mucho tiempo ya que, en tiempo normal, solemos aprovechar las vacaciones para visitar países un poco más exóticos. Por supuesto que visitar esta parte del mundo resulta exótico pero no olvidemos que nos encontramos en territorio francés y que, como ya explicábamos tras nuestra primera visita a la isla de Reunión, nos encontramos en zona euro, una parte de la población de la isla es gente venida de la Francia continental y las infraestructuras, amén de los servicios públicos, son más o menos los mismos que en Europa.

Aquí es un poco menos que más ya que de las tres grandes islas francesas (junto con Reunión y Martinica), Guadalupe es con diferencia la más pobre, tiene mayor porcentaje de población desempleada, cuenta con menos recursos y esto se hace patente sobre todo en las ciudades más grandes como la capital, Pointe-à-Pitre.

En fin, podemos decir que sin la pandemia actual casi seguro que no habríamos visitado estas dos islas de las Antillas francesas tan de seguido.

Comenzamos la visita a la isla con un trekking por las cascadas del Carbet
donde tenemos un primer contacto con la fauna local

y donde nos cruzamos, una vez más, con nuestras infatigables amigas
Aquí al pie de la segunda cascada, la más alta de las tres que hay en este parque nacional.

No estamos acostumbrados a ver hojas de este tamaño. ¿Y decíamos que esto no es suficientemente exótico? Hmmm... vamos a tener que replantearnos esa idea.

Una pequeña pausa para refrescar los pinreles al final de la marcha...
...y bajamos hacía la costa, ¡que también hemos venido a darnos un par de chapuzones! Además, el fondo marino también tiene bastante interés aquí

Un pez escorpión con el que nos entretuvimos un buen rato
Como decíamos antes, comparada con Martinica, Guadalupe es una isla más bien humilde, lo que se puede constatar paseando por las calles de cualquier pueblo. Es bastante divertido tratar de adivinar lo que pone en los carteles intentando establecer una relación fonética entre el criollo y la lengua oficial, en este caso el francés. Merece la pena pasar por alguno de los cementerios locales, con los panteones forrados con azulejos en damero. Produce un curioso efecto visual. Dibujo mural en Port-Louis. Una fragata en vuelo. Un momento de relax, disfrutando de la puesta de sol al final del día. Una de las cosas que tiene el visitar una región tropical durante la temporada de lluvias, aunque esté comenzando, es que uno se arriesga a que los planes del día acaben pasados por agua. Nosotros no nos dejamos amedrentar y decidimos ir a visitar el volcán de La Soufrière que, aunque poco activo (la última erupción se produjo en 1976), sigue mostrando cierta actividad en forma de fumarolas en su cumbre. Fumarolas que podemos apreciar a duras penas porque el día está un poquillo nublado. Entre la vegetación exuberante y las nubes el paseo tiene cierto aire misterioso. En cualquier caso, el trekking habrá merecido la pena y al final del paseo nos espera una pequeña recompensa en forma de baño en una de las fuentes termales del volcán. Volvemos a la orilla del mar. Un ti'punch para entrar en calor después de este húmedo paseo. Curioso encuentro con iguanas, aunque no inesperado porque habíamos leído que se las puede ver en bastantes puntos de la isla. De hecho, aquí están justo al lado de una playa con bañistas. Ni que decir tiene que se acercan donde puedan encontrar comida y los turistas estamos siempre dispuestos a compartir un trozo de pan para conseguir que se acerquen. Uno no sabría decir si son guapas o feas. Extrañas, en cualquier caso. Visitando alguna de las calas y playas de Guadalupe y sus islas aledañas... ...podemos encontrar iguanas en los lugares más inesperados!!! ¿La véis? Una playita tranquila donde disfrutar del far niente. En estas islas los flamboyanes están por todas partes. Una cría de manta raya que estaba en no muy buen estado, la pobre. ¿Qué decíamos del far niente? Pues que hay que aprovecharlo siempre que se pueda... ...porque siempre hay alguien, o algo, que puede venir a estropear los momentos de paz y tranquilidad. Los mosquitos de Guadalupe deben de ser primos de los de la Ciénaga de Zapata de Cuba. ¡Cansinos! ¡Sale el sol por la mañana, por la mañana sale el sol, por la tarde los mosquitos y por la noche salgo yo! ♪♫♪♪♫ Y para acabar este viaje, volvemos a meternos a remojo, que es una de las cosas que más nos gustan. Playas de arena blanca, aguas de color turquesa, transparentes... ...donde podemos encontrar ballenatos, barcos hundidos, plantas marinas y corales en un estado razonablemente bueno y alguna que otra curiosidad, como este "campo de estrellas" Nos hemos cruzado también con algunas tortugas laúd, enormes, con rémoras pegadas al caparazón, pero no hemos tenido ocasión de inmortalizar el momento, así que os dejamos esta otra simpaticota amiga que encontramos sobre el muro de una casa de Les Saintes.
¡¡Hasta pronto!!