Costa Rica - Noviembre 2021 -



Costa Rica o "una de bichos". No en vano Costa Rica es considerado uno de los países con mayor biodiversidad. Esto no significa que uno se vaya encontrando animales por cada esquina; de hecho nosotros, tal vez inocentemente, imaginábamos que íbamos a tener que lidiar cada día, en cada hotel, con arañas, cucarachas y bichos similares pero sorprendentemente la cantidad de insectos que hemos visto ha sido más bien pequeña, mucho menor de lo que hemos podido encontrar durante nuestros últimos viajes tropicales. Eso sí, los que hemos visto son de talla XXL y, dado el porcentaje de biodiversidad en el país, como hemos indicado, una variedad enorme.

Esta señal, indicando la presencia de animales en la zona, se repetirá cada día en todas las carreteras que hemos recorrido. Afortunadamente, por el riesgo evidente que supondría, no hemos visto casi ningún animal atravesando la carretera.

Durante los primeros días de este viaje no hemos tenido casi lluvia. Ya pensábamos que íbamos a volvernos para casa sin haber tenido que sacar los chubasqueros de las mochilas pero tras unos días de secano, una vez que empezó a llover, tuvimos nuestra buena ración de agua casi a diario. De todas formas, en cuanto nos adentramos en la selva tropical, el nivel de humedad ambiente es tan alto que, aunque no llueva, uno se pasa el día empapado. Bueno, no nos vamos a quejar, que en casa ya hace un frío que pela y aquí andamos en manga corta.

Por cierto, hablando de frío que pela, una pequeña anécdota climática. Al planificar el viaje, por la localización del país y su clima tropical, no hemos pensado en meter ropa de abrigo en las mochilas. Bueno, hemos cogido lo justo, en un "por si acaso", un pantalón largo y una sudadera, más que nada por si hay mosquitos. El caso es que uno de los días, atravesando el país desde la costa Pacífica hacia el norte, hicimos noche donde nos venía bien, respecto a las etapas planificadas, y fuimos a parar, sin haberlo previsto, una vez que ya teníamos el alojamiento reservado y pagado, a una zona a unos 3000 m. de altitud en en la cordillera Central. El alojamiento era una preciosa cabaña de montaña con unas vistas magníficas pero, claro, Costa Rica es un país cálido y, además de que los alojamientos no cuentan con calefacción, la construcción de las cabañas "de montaña" no es la misma que la que podamos encontrar en la montaña europea: Ventanas mal selladas, espacio entre las maderas que forman las paredes, etc. Resultado, pasamos un frío de muerte durante toda la tarde, la noche bajo cuatro mantas, pensándonoslo dos veces antes de levantarnos al baño, y un despertar a 14 °C que nos hizo salir corriendo de allí para calentarnos con la calefacción del coche. Consejo, si viajáis a Costa Rica, tened en cuenta dónde os vais a quedar a dormir o llevaos algo de ropa caliente por si acaso :D

Comenzamos este paseo por Costa Rica con una variedad de flores de llamativas formas y colores. Lo que veis aquí debajo es solo una pequeñísima muestra de la gran cantidad de plantas diferentes que se pueden encontrar a lo largo del país.

...gran variedad y gran tamaño el de alguna de las especies, como este grandullón. En el parque del volcán Arenal vimos una Ceiba de 400 años que medía más de 30 metros de alto.

En Costa Rica hay cuatro especies de monos:
- Mono aullador, conocido también como "mono congo". Se mantienen un poco más alejados de los humanos, escondidos en las copas de los árboles. Sus aullidos se oyen a gran distancia. Las primeras veces que los oímos nos dio un poco de cosilla :)
- Mono cariblanco (foto aquí debajo). Vive en grandes manadas y es bastante fácil verlos buscando comida en los árboles y por el suelo. Si no se le asusta se puede acercar bastante a las personas.
- Mono araña. Bastante huidizo, hemos podido observarlo de lejos en las copas de los árboles más altos.
- Mono ardilla o "tití" (aquí debajo también). El más pequeño de todos, es exclusivo de determinadas regiones de Costa Rica.

Iremos viendo monos durante todo el viaje, en cada uno de los parques nacionales y zonas selváticas.

Iremos encontrando cosas curiosas como estos termiteros, que se pueden encontrar por todas partes. Nos han explicado que en el interior vive una especie de avispa que no posee aguijón y, por lo tanto, no puede defenderse. Las avispas han encontrado una curiosa forma de simbiosis con las termitas que construyen el termitero alrededor del nido de las avispas, protegiéndolas, y estas, a cambio, producen alimento para las termitas. Curioso.

Como estas hormigas cortadoras de hojas. Aunque no se aprecia bien, esto que parecen hojas, es una fila de hormigas que hacían caminos interminables en horizontal o vertical.

O estas guatusas tan poco tímidas que ni se esconden ante la presencia de los humanos.

En cuanto cae la noche, cerca de las zonas con agua, se pueden observar bastantes especies de ranas. Debajo de estas líneas, en la primera foto, un racimo de huevos de una rana granulosa. Cuando los huevos eclosionan los renacuajos caen directamente al curso de agua sobre el que se encuentran.

La madre de las criaturas, que se encontraba no muy lejos. Debido a su tamaño y coloración, costó encontrarla.

Un minúscula rana blue jeans. ¡No tocar! Es súper venenosa...

Para un primer día no ha estado mal así que para reponernos del cambio horario, un pequeño refrigerio.



Seguimos ruta y nos cruzamos con esta familia de desvergonzados coatíes que no dudan ni un segundo en acercarse a la carretera para ver si obtienen algo de los turistas que, como nosotros, se paran al borde de la carretera para observar a estos curiosos animales. Prohibido alimentarlos, que se acostumbran y luego se pasan todo el tiempo al lado de la carretera, con el peligro que conlleva.

Volvemos a la foresta.

Si se anda atento, se pueden observar numerosas especies de pájaros, a cuál más colorido.

- Un carpintero

- Un chocuaco

- Colibríes

- Un gavilán

- Unos preciosos guacamayos rojos. El vuelo de estos pájaros es bastante torpe y su canto, más bien graznido, no es demasiado agraciado, pero cuando se encuentran en el aire parecen un arcoíris volante.

- Un pájaro bobo

- Una piapia azul con su curioso tocado

- O diversas especies de tucanes

Costa Rica es un gran productor de café (damos fe de su calidad). Cerca de San José, en la zona del volcán Poás podemos encontrar extensas explotaciones de café, como esta de aquí abajo. Nos resulta curioso porque nunca habíamos visto un cafetal o una planta de café.

Pasamos rápidamente por las zonas urbanas. En principio no hemos venido para visitar las ciudades. Tras un paso rápido por las principales ciudades del país, San José, Alajuela y Cartago, confirmamos que el principal atractivo del país son las zonas naturales. De todas formas, no dejamos de visitar los centros históricos para hacernos una idea de cómo vive la gente en estas ciudades. Aquí debajo, la basílica de Nuestra Señora de los Angeles, en Cartago.

La religión está muy presente en el día a día de los costaricenses. La religión católica está declarada constitucionalmente como religión oficial del país. Casi cada vez que hablamos con alguien, al despedirnos, nos dicen frases como "vayan con dios" o similares. En todas las partes hay carteles y referencias a la religión, como por ejemplo estas dos imágenes a la entrada de dos de los mercados que hemos visitado.

Y, bueno, ya que estamos en el mercado, aprovechamos para probar uno de los platos típicos que sirven a trabajadores y visitantes, la olla de carne. Básico pero bien rico.

Como ya hemos dicho anteriormente, el tamaño de los insectos en este país merece un comentario. ¡Fijaos en el tamaño de esta langosta!

Otra cosa que llama la atención en este país aparentemente seguro es que una gran parte de las casas, sobre todo en las zonas urbanas, están súper securizadas. Los propietarios ponen verjas, rejas y alambres de púas para evitar que nadie pueda entrar en la vivienda. Uno tiene la impresión de como si al caer la noche fueran a desatarse la violencia y los saqueos en las ciudades. No hemos visto absolutamente nada, en lo que a agresiones se refiere, pero da mala espina , la verdad.

De vuelta a la jungla podemos observar otro tipo de animales y bichejos como iguanas...

...caimanes...

(el cazador cazado, "cazando" iguanas)

...y, por fin, uno de los animales que más nos gustan, sino el preferido, y una de las razones por las que hemos querido visitar este país: el perezoso.

Difícil de otear por lo bien que se camufla (a veces nos han dicho "en ese árbol hay un perezoso, a ver si lo véis" ¡y no hemos sido capaces de encontrarlo sin ayuda!). El perezoso, por su alimentación, sus costumbres, su fisionomía y otras muchas características particulares es un animal especial que nos llama la atención.

En esta foto de aquí abajo se le puede identificar, más o menos, sabiendo que está en el centro de la foto pero os aseguramos que, en directo, sin ayuda, nos ha resultado prácticamente imposible de encontrar. Su "ritmo" es tan lento que sobre su pelo crecen unas bacterias y algas que les proporcionan una coloración verdosa que les ayuda, junto con su lento movimiento, a pasar desapercibidos para los depredadores.

El perezoso se pasa la mayor parte del tiempo, casi todo el día, durmiendo, inmóvil, para evitar ser detectado, pero a veces uno tiene la suerte de encontrárselo bien despierto, tomando el sol, como este de aquí debajo.




¡Son bien guapos! :)

En una de nuestras visitas pudimos ver un mariposario, en el que ayudamos a trasladar unas mariposas recien nacidas... ¡con todo el cuidado del mundo! :)


¡Qué frágiles! Mención especial para una preciosa mariposa azul de tamaño XXL que nos ha acompañado en varios trekkings.

Interesante visita la del volcán Poás, en la que, tras haber abonado los X dólares (muchos) que cuesta la entrada, no pudimos ver nada por culpa de las nubes. Aquí debajo lo que deberíamos haber visto y que se trata de la foto con un cartel...


...y lo que vimos en realidad: Nada.

De todas formas, parece ser que es lo normal porque por el camino nos encontramos carteles que en plan irónico dicen "¿No has conseguido ver el cráter?, disfruta de las plantas".

El caso es que pensábamos que, al menos, íbamos a haber podido hacer un trekking de varios kilómetros pero, nada más lejos de la realidad, el paseo consiste en unos pocos cientos de metros de marcha por un sendero asfaltado que le quita todo el encanto al entorno natural.

Tónica que se repite por todo el país -lo del sendero asfaltado- en cada visita el recorrido está perfectamente balizado, incluso vallado, de manera que es imposible salirse del camino marcado para poder tener un poco más de contacto con la naturaleza. Por un lado puede no ser tan mala idea, ya que esto evita que los turistas deterioren los enclaves naturales pero a lo largo de los días vamos teniendo la sensación de estar en un parque temático natural diseñado para turistas comodones sin ganas de esforzarse más de lo necesario. En casi todos los sitios se trata de: hacer una cola kilométrica para pagar una entrada, que generalmente resulta muy cara para lo que se ofrece, caminar por un sendero asfaltado y vallado y tomar unas cuantas fotos en el punto indicado.
Disgusto mayúsculo el día que fuimos al volcán Arenal donde se nos anunciaba que íbamos a ver y caminar sobre una colada de lava. Previo pago de la entrada, como ya hemos comentado, tras unos 30 minutos de marcha, llegamos a un terreno acotado de unos pocos metros cuadrados donde había unas cuantas bolas de lava de una de las últimas erupciones. "Unas cuantas" piedras de lava, tal cual. Acabamos de volver de la isla de Reunión y, entre otras excursiones, hemos podido hacer un trekking de un día completo sobre las inmensas coladas del Pitón de la Fournaise. Horas de caminata, kilómetros cuadrados, lava hasta hartarse... y todo, el acceso al parque natural, el parking, el acceso al borde del cráter, todo gratis. En fin, diferentes enfoques del turismo.

Aquí debajo, una iguana bastante atrevida en el parque del Rincón de la Vieja, sector Pailas, que tiene una zona de actividad geotermal.

Actividad geotermal que podemos encontrar en varios puntos del país, como en el Parque Nacional Volcán Tenorio y más concretamente en el río Celeste, donde hemos tomado las fotos aquí debajo.

¡Ey, chicas! No pensábamos encontraros por aquí... :)

El río Celeste se forma en la confluencia de los ríos Buena Vista y Quebrada Agria en las faldas del volcán Tenorio. El color del agua es el resultado producido por la dispersión de la luz solar debido a la alta concentración de silicatos de aluminio que poseen sus aguas.

Parece una ilusión óptica. Os prometemos que no hemos retocado los colores de las fotos.

Para acabar con este viaje, decidimos intentar ir a ver la puesta de las tortugas. Decimos "intentar" porque hemos preguntado a los locales qué tal están las carreteras para llegar y nadie ha sabido decirnos con certeza cómo está el acceso actualmente. Nos han dicho que la pista está bastante mal y, sobre todo, que al final habría que atravesar uno o varios ríos (las personas con las que hemos hablado hace varios años que no han ido y no saben decirnos si, quizás, la "carretera" ha mejorado un poco).

La mayor parte de los turistas que visitan Costa Rica optan por alquilar un 4x4 por si acaso. Nosotros hemos organizado el viaje un poco tarde (¡qué raro!) y hemos tenido que conformarnos con un coche estándar. Lo cierto es que hemos podido visitar la mayor parte de los sitios que queríamos ver (cierto, también, que en algunos puntos hemos tenido que circular con muchísimo cuidado por el estado de las pistas). De todas formas, el estado general de las carreteras de Costa Rica es, digamos, deficiente: uno puede encontrarse auténticos socavones hasta en la autopista principal del país.

El caso es que este día, tras varias decenas de kilómetros de pista en estado no muy bueno (y eso que no ha llovido nada en los últimos días) y sin posibilidad de dar media vuelta, hemos tenido que enfrentarnos a este río que hemos tenido que atravesar en varias ocasiones, ¿cómo decirlo...? ¿con los huevos de corbata?, para poder llegar al lugar de puesta de las tortugas.

Puede haber sido una inconsciencia pero hemos tenido suerte y hemos llegado a ver una puesta de tortugas lora. Finalmente ha merecido la pena.

Las "arribadas", como las llaman en Costa Rica, tienen lugar todo el año pero las arribadas masivas se producen entre los meses de agosto y octubre, cuando las tortugas llegan por miles.

Nosotros, aunque hemos llegado un poco tarde, hemos podido disfrutar de varios cientos de tortugas sobre la playa. Nos damos por satisfechos.

La playa de desove que hemos visitado tiene un curioso sistema de gestión por parte de la población local. Sin ser considerado parque nacional, la puesta es directamente gestionada por asociaciones formadas por los habitantes del pueblo vecino que se encargan de vigilar permanentemente de que no haya furtivos que vengan a robar los huevos. Estas asociaciones se encargan de guiar las visitas turísticas a la playa, donde el acceso a toda persona ajena esta controlado estrictamente, y de organizar la retirada "controlada" de huevos.

Parece ser que a los huevos de tortuga se les atribuyen propiedades viriles por lo que este producto tiene una buena salida en el mercado. Durante cada arribada, que dura entre tres y diez días dependiendo de la temporada, los locales recuperan una parte de los huevos de los primeros días de la llegada de las tortugas. Nos explican que los huevos de las primeras tortugas que llegan a la playa serán estropeados, aplastados, por las tortugas que llegarán durante los días posteriorers por lo que ellos se permiten retirar un porcentage, que venderán en el mercado. Con este dinero, añadido a lo que aportan las visitas turísticas, el pueblo financia parte de sus servicios (escuela, instalaciones, etc) y permite su subsistencia.

Nosotros estamos un poco contrariados pero, bueno, nos decimos que de esta manera, por el propio interés de la población local, se evita el furtivismo.

Esperemos que estas abuelillas vuelvan durante generaciones y generaciones...
...para seguir dejando sus huellas en la playa.

No va a ser fácil.