Seychelles - Mayo 2018 -

Andábamos desde hace tiempo con la idea de viajar a algún destino donde pudiéramos ver tortugas. Sobre todo por la época del año, el mejor sitio para cumplir este objetivo eran las islas Seychelles.

Parece que no nos hemos equivocado de destino ya que, además de haber visto tortugas de tierra y marinas, volvemos con las retinas cargadas de bellas imágenes. Lo más parecido al paraíso que hemos visto hasta ahora :)

Las Seychelles, son un grupo de 115 islas ubicadas en el océano Índico, al noreste de Madagascar. De ellas, solo 33 están habitadas. Las llamadas Islas Interiores son el núcleo del país. Las tres islas con mayor número de habitantes son Mahé, donde se encuentra el aeropuerto internacional de Seychelles, Praslin y La Digue. Durante nuestro viaje, nosotros no visitaremos más que las islas de Praslin y La Digue, además de algunas de las islas menores e islotes circundantes.

Al poco de llegar, encontramos estas tortugas gigantes. Es una subespecie de la tortuga gigante de Aldabra que habita en el atolón que le da nombre, Aldabra, en el archipiélago de las Seychelles. De las gigantes de Seychelles sólo quedan unos pocos especímenes en cautividad por lo que es una de las más amenazadas del mundo.

Es una gozada acariciar la piel de estas abuelillas que, esperemos, seguirán por aquí cuando nosotros ya nos hayamos ido del todo :)







Antes de venir, uno piensa que tendrá que andar buscando en alguna de las islas del archipiélago esas playas de postal que sólo se ven en internet o en los fondos de pantalla del ordenador pero lo cierto es que todas las playas de este país son así de bonitas: arena casi blanca, agua de color turquesa, palmeras inclinadas sobre la playa... bueno, todas todas no pero casi :)







Uno de los grandes atractivos de este país es el buceo o, en nuestro caso, dado que no tenemos la certificación necesaria par bucear con equipo, el snorkeling, actividad que ya pudimos practicar en aguas tropicales en la isla de La Reunión. Gafas, aletas, snorkel y... ¡al agua! La cantidad y la variedad de peces en los arrecifes hacen de las Seychelles un destino ideal para el buceo. ¡Podríamos pasarnos el día entero a remojo!



Aquí debajo, un agujón que no nos quita ojo y que no nos deja acercarnos todo lo que quisiéramos. Cada vez que lo intentamos se nos escabulle.



Tras este chapuzón inicial, es el momento de descubrir algunas de las playas de la isla...





...y de disfrutar de su increíble belleza.



Como el agua está calentita, una puede bañarse hasta por la noche.



Seguimos disfrutando de la compañía de nuestras gigantes amigas :)





¡Para volver a zambullirnos en cuanto se nos presenta la ocasión!



Unos peces trompeta, que abundan en estas aguas.



Nos han explicado que el arrecife de coral está seriamente dañado por dos razones. Una es, o fue, el tsunami de 2004, que llegó con fuerza al archipiélago y barrió con gran parte de él. La otra, como no podía ser de otra manera, la subida de temperatura de las aguas debido al calentamiento global. El arrecife está en bastante mal estado, la gran parte de los corales sin vida...



...lo que no impide que el arrecife siga atrayendo numerosas especies de peces, como se puede ver aquí debajo. Los esfuerzos por recuperar el coral son importantes y los sitios donde está prohibido fondear o bucear son numerosos. Los locales nos explican que gracias a estos esfuerzos, se puede apreciar cierta mejoría en algunas de las islas.
Si esto está así de peces, ¡cómo estaría en su época de esplendor!



La Digue es una pequeña isla de unos 10 km2 donde casi no hay medios de transporte motorizados. Aquí todo el mundo se desplaza en bicicleta; hay muy pocos coches y la mayor parte de los que hay son pequeños vehículos eléctricos como los que se usan en los campos de golf. Nosotros seguimos disfrutando tranquilamente de los paseos en bici entre las palmeras y las plantaciones de vainilla...



...de las ricas frutas de las islas...



...y de la belleza de las cosas sencillas



Aquí, de visita en el mercado de pescado



Y uno de nuestros mejores amigos, que de tanto verlo y disfrutar de él, hasta acabamos poniéndole nombre: os presentamos a Severino.





El "coco de mer", endémico de la isla de Praslin, así llamado porque los antiguos navegantes lo encontraban habitualmente flotando sobre las aguas y no tenían muy claro de dónde procedía. Por su característica forma, también se conoce como coco "fesse", que en francés significa "nalga" o "glúteo", ya que recuerda las nalgas de una mujer. Es el fruto más grande que se conoce y pesa, por término medio, unos 20-25 kg.



Estábamos disfrutando de un paseo por otra de las majestuosas playas...



...y mirad con quién nos hemos encontrado. ¡Estas dos es que no paran!



Momento para una nueva zambullida...



...a veces una tiene la sensación de estar dentro de un acuario :o



Con alguna que otra sorpresilla que nos ha puesto la piel de gallina, como este tiburón de puntas negras que se paseaba tranquilamente por el fondo bajo nuestra mirada...



...pero también hemos podido disfrutar de alguna simpática visita como la de esta tortuga marina



¡Esto está muy bien, la verdad!



Además de la vida marina, en las Seychelles podemos encontrar un montón de animales más, algunos bastantes curiosos como estos enormes murciélagos frugívoros...



...y una extensa colección de bichejos varios, algunos de los cuáles ponen los pelos de punta.



Como siempre, va siendo hora de despedirse. No sin antes echar un último vistazo a estos sublimes paisajes, intentando grabar la imagen en nuestras memorias.







¡¡Hasta pronto!!