Isla de Reunión - Septiembre 2021 -


Érase una vez la Reunión, érase dos veces la Reunión y quién sabe si será una tercera vez, visto el gusto que le hemos cogido a esta isla.

Este viaje puede parecer calcado de nuestra primera visita a la Reunión hace unos cuantos años, pero la verdad es que el hecho de conocer ya la isla nos ha permitido sentirnos más cómodos a la hora de movernos, visitar sitios que nos habíamos dejado en el tintero la última vez y descubrir algún que otro rinconcillo nuevo. La isla de Reunión tiene tanto que ofrecer que no descartamos volver en un futuro.

Empezamos el viaje de la misma manera que lo hicimos la otra vez, antes incluso de posar las maletas, visitando el pitón Maïdo, cima que culmina a 2200 metros de altidud, desde el que hay una impresionante vista panorámica del circo de Mafate (caldera formada por la combinación de derrumbes tectónicos y una fuerte erosión torrencial). El circo de Mafate es uno de los tres existentes en la isla, junto con el de Cilaos y Salazie. Los tres confluyen a 3070 metros de altitud en el pitón des Neiges, punto culminante de la isla.

Una de las cosas que teníamos pendientes era visitar el "enclos", el cono del pitón de la Fournaise, de unos 3 km. de diámetro, en el que se puede hacer un trekking que lleva hasta el borde del cráter Dolomieu. Hemos echado un ojo al tiempo y parecía que iba a hacer buen tiempo. Cuando llegamos arriba nos encontramos con una visibilidad bastante limitada y algo de lluvia así que nos conformamos con atravesar las pistas en coche y bajar para dar un breve paseo por este paisaje marciano. Damos media vuelta y descendemos un poco, en altitud, para volver a encontrar el cielo azul y el buen tiempo. Aquí debajo un par de fotos desde el mirador de Bois Court sobre el Grand Bassin. Los barrancos de esta isla son verdaderamente impresionantes. Esta isla volcánica es realmente escarpada y en unos pocos kilómetros pasamos de la alta montaña al nivel del mar lo que permite, por otro lado, planificar las actividades en función de la meteorología. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que aunque las distancias son cortas lleva bastante tiempo desplazarse de un punto al otro porque la isla está literalmente surcada de barrancos. En fin, nosotros nos vamos al agua que para eso hemos venido, también, hasta aquí. Para ser sinceros, habíamos olvidado cuánto se parecen las playas de la Reunión a un acuario. Unos pocos pasos desde el borde del mar y uno tiene la sensación de estar en un documental submarino. ¡Qué bonitos son los peces ballesta picasso! Un pez globo, un poco feuchillo, el pobre. Nunca habíamos visto de este tipo Ni estos inseparables platax
¡Qué buen cuerpo se nos pone cada vez que disfrutamos de momentos como estos! A continuación volvemos a calzarnos las botas para acercarnos a Cilaos y hacer el trekking de la Chapelle Por el camino vamos cruzando simpáticos amigos que nos observan con curiosidad Hasta llegar a la Chapelle, una inmensa grieta que originalmente conformaba una cámara magmática La carretera que sube por el circo hasta Cilaos, que no fue construída hasta los años 30 del siglo pasado, es tan tortuosa que se la conoce como la carretera de las 400 curvas. Las vistas desde la carretera son espectaculares. El camino es largo pero merece la pena subir hasta este bonito pueblo en el que aprovechamos para hacer un poco de compra. ¡Cómo resistirse a estas frutas tan apetitosas! De vuelta a casa nos encontramos con este primo de Tuitui (un precioso fodi rojo)... que a veces no tiene reparos en juntarse con otros pájaros como palomas, gorriones o tejedores, a los que ya conocemos de nuestro anterior viaje... ... y que no dejan de sorprendernos con su habilidad para tejer nidos que cuelgan de las ramas con la entrada dirigida hacia abajo. Otros pájaros curiosos son el bulbul orfeo, con su llamativa cresta puntiaguda o este ave del trópico de cola blanca, conocido como "paille-en-queue", de aspecto fantasmagórico, verdadero símbolo de la isla Como ya explicamos tras nuestro primer viaje, La Reunión es una isla que ha sido colonizada tarde y ha acogido gentes venidas de lugares dispares como Madagascar, África continental, India, China y Europa. Prueba de este crisol de culturas son los diferentes templos que podemos encontrar en la localidad de Saint-Pierre como este templo tamil, el templo chino de Guan di, amén de mezquitas o iglesias y catedrales católicas varias.
A nosotros lo que más nos gusta de esta mezcla cultural es la cocina reunionesa, que sin ser alta gastronomía, ha dado como resultado platos simples pero sabrosos. Ñam, ñam... Después de comer lo que más apetecería es una buena siesta, mecidos por la brisa, con el ruido de las olas rompiendo en la playa, de fondo. De todas formas, mucho más no se puede hacer en esta playa (como en la mayor parte de las playas de la isla) debido a la presencia de tiburones. La isla de la Reunión es uno de los lugares del mundo con más alto índice de ataques de tiburones; por lo visto, el número de ataques ha aumentado considerablemente durante los últimos años, así que hay que elegir con cuidado dónde meterse al agua. Bueno, pues otro uso le daremos a esta playa. ¿Un bonito atardecer en buena compañía, por ejemplo? Y para ir acabando con este viaje, hacemos un nuevo intento de visita al pitón de la Fournaise. Esta vez nos hemos asegurado bien de que el día va a estar despejado así que, ¡allá vamos!

Al cono del pitón de la Fournaise (cercado por un alto muro continuo de entre 150 y 200 metros de alto que se formó tras el colapso del terreno hace unos 5000 años) solo se puede acceder por el estrecho paso de Bellecombe, descubierto a finales del siglo XVIII. El paso puede ser cerrado por los guardas durante las fases eruptivas del volcán. Debe ser el único volcán del mundo con una puerta de acceso :)

Da un poco de cosilla ver un cartel en la puerta de acceso que dice "Prudencia, erupción probable en los próximos días". El piton de la Fournaise es uno de los volcanes más activos del mundo, entra en erupción un par de veces al año, de media, por lo que este cartel debe estar sobre la puerta de acceso de manera permanente. Parece que actualmente el gigante duerme así que podemos bajar tranquilos. El trekking hasta el borde del cráter es largo y se hace extraño caminar durante horas por este paisaje volcánico en el que, por la frecuencia de las erupciones, no acaba de crecer ninguna planta. EL cráter Dolomieu, situado al este, es el más grande con 1000 metros de largo por 700 de ancho. ¡Es realmente impresionante! Tras el vaciado de la cámara magmática la casi totalidad del cráter se hundió al final de la erupción de 2007 dejando un agujero de 300 metros de profundidad. ¡No os rezaguéis, chicas, que esto puede explotar en cualquier momento! Acabamos este viaje dando una vuelta a la isla donde los paisajes volcánicos son la tónica, como en el cap Méchant las coladas de lava del pozo árabe, de la erupción de 1986, donde la vegetación ya ha empezado a cubrir la lava, como vemos tras estas columnas basálticas o las grandes coladas del "grand brûlé", donde la carretera ha sido engullida por la lava en numerosas ocasiones Debajo de esta línea, el puente suspendido del Río del Este, de 152 metros de largo. La preciosa iglesia de Sainte-Anne. Y esto ha sido todo... por el momento, porque algo nos dice que tendremos que volver a esta isla que tiene tanto para ofrecer a los visitantes.

De momento podemos confirmar que la dodo lé toujours là!, que siempre es una buena razón para venir hasta aquí :)

¡¡Hasta la próxima escapada!!